
Investigadores argentinos descubrieron una curiosa relación que podría cambiar la forma de aprender

Un experimento argentino demostró que relación existe entre la memoria y el sentido del olfato. El estudio estuvo a cargo de investigadores de un grupo de científicos del Conicet y el ITBA.

EN EL AULA SE COLOCÓ UNA FRAGANCIA DE COCO.
Siete días después, el curso completo respondió una evaluación sobre la clase de historia.
El grupo de reactivación, que percibió el mismo aroma que en el aula, retuvo los datos claves de la lección sin hacer esfuerzos extra durante la semana. Mientras que el grupo que se llevó la fragancia de violetas mostró una caída significativa de aprendizajes entre el primer test de la clase y la evaluación de la semana posterior.
“El grupo de reactivación tuvo mejores calificaciones. Logró desempeños significativamente mayores que el otro grupo”, confirmó, en diálogo con Infobae, Vanessa Vidal, becaria doctoral del Conicet en el Laboratorio de Sueño y Memoria del ITBA. La profesional compartió que se tomaron los primeros 45 minutos de sueño porque “son los más ricos de la noche en cuanto a almacenamiento de información”.
“Nosotros queríamos ver si los aromas servían para retener información más compleja. Intentamos alejarnos del paradigma de laboratorio y llevarlo a las aulas, a una clase tradicional de una docente como si fuera un día normal, y los resultados fueron auspiciosos”, explicó Vidal.
Darío Álvarez Klar, especialista en gestión de la innovación y fundador de la Red Educativa Itínere, también se refirió a la importancia de trasladar la ciencia a la escuela. “La ciencia no debe transcurrir en laboratorios y la educación en las aulas. Las aulas son los laboratorios en donde científicos pueden observar, medir, comparar y producir información para sí y para el sistema educativo. Con los datos que vienen de otros ámbitos, como la neurociencia, podemos entender cómo funciona el cerebro y en base a eso diagramar estrategias de enseñanza-aprendizaje”.
La intención es que se vuelva una experiencia personal para los alumnos, que sean ellos mismos los que a partir de una fragancia repliquen el experimento para ayudarse a recordar contenidos con mayor facilidad. Además, Álvarez Klar agregó que no importa cuál sea el olor, “la eficacia no radica en el aromatizador de coco, sino en el recuerdo de un aroma“.
¿Cómo seguirá la investigación?
El equipo que llevó adelante la investigación busca que el estudio avance hacia dos lados. Estudiarán el impacto del aroma en la memoria repitiendo el ciclo de reactivación todas las noches hasta la toma del test y, por otro, también analizarán si la repetición de una fragancia funciona para distintas materias como matemática o lengua.
Fuente: mdz.com