Pese al aumento para gastos de funcionamiento, el presupuesto total es un 71% inferior al de 2023
Con el último incremento para ese rubro otorgado por el Ministerio de Capital Humano, el presupuesto vigente total pasó a ser de $1.440.397 millones, apenas un 4,1% más que el de 2023, pero queda muy por debajo si se considera la expectativa de inflación para 2024.
Sobre el filo de la masiva marcha del 23 de Abril pasado, cuya consigna es “En defensa de la universidad pública argentina”, el Ministerio de Capital Humano anunció anoche en un comunicado que les transfirieron a las 65 universidades públicas poco más de $24.000 millones para gastos de funcionamiento. Este ítem, bajo el nombre de Asistencia Financiera para el Funcionamiento Universitario, representa solo el 7,9% del presupuesto total. Desde la Subsecretaría de Políticas Universitarias en la noche del 22 de abril confirmaron que depositaron “el 100% de los gastos de funcionamiento de las Universidades Nacionales, con el aumento del 70% de los gastos de funcionamiento por un total de $10.075 millones”.
La cartera a cargo de Sandra Pettovello – de la que depende la Secretaría de Educación – concretó así un anuncio que había hecho el jueves 18 de abril. Sin embargo, hasta el lunes 22, no había tenido un reflejo en las arcas de las universidades nacionales. El giro de los fondos buscó contrarrestar el reclamo del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), sobre el desfinanciamiento del sistema educativo superior público. El organismo que reúne a las universidades nacionales, ese mismo día, había considerado en otro comunicado que esa suba anunciada era insuficiente.
Asimismo, desde Capital Humano informaron que se giraron “la totalidad de los gastos específicos para la función salud de las Universidades de Buenos Aires, Córdoba, Cuyo y La Rioja, además del refuerzo especial y extra para el Hospital de Clínicas, que implican casi $14.000 millones de pesos”.
El programa de Asistencia Financiera a Hospitales Universitarios representa apenas el 1% del total asignado al Desarrollo de la Educación Superior, la principal partida que explica más del 90% del gasto total en el presupuesto. El porcentaje restante lo componen el programa de las Becas PROGRESAR, el de Infraestructura Universitaria, y el de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU), que tiene por objeto la evaluación de las instituciones universitarias y la acreditación de carreras de grado y posgrado.
Según el presupuesto inicial, las 65 universidades nacionales y sus instituciones de salud tenían para este año asignados $1.385.290 millones (1,3 billones), el mismo monto que en 2023, pese a la inflación. El 26 de marzo hubo una ampliación presupuestaria de $30.629 millones, apenas el 2,21%. Con el aumento concretado ayer del 70% pero solo para gastos de funcionamiento, el presupuesto vigente pasó a $1.440.397 millones (1,4 billones), o sea, apenas un 4,1% más.
De acuerdo al análisis realizado por la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), considerando la expectativa de inflación para 2024, esta última ampliación implica que el presupuesto asignado al Programa Desarrollo de la Educación Superior equivale a un 71% menos que en 2023. El cálculo de ACIJ surge de considerar una inflación proyectada por el REM para 2024 de 189%, usando una inflación promedio interanual, lo que arroja un índice de 265%.
El anuncio oficial del 22 de abril
Desde el Ministerio a cargo de Pettovello distribuyeron anoche, además, planillas con el detalle de las transferencias a cada institución educativa y a los hospitales de las universidades. Esta última partida incluyó “un refuerzo especial y extraordinario para el Hospital de Clínicas y demás hospitales universitarios de la UBA, lo que implica un desembolso de $11.812 millones”.
Con este aumento, el Gobierno aseguró que “garantiza la continuidad absoluta de las clases” y del segundo cuatrimestre, “lo que no es impedimento para la intención del gobierno de auditar y fiscalizar el gasto”. De hecho tituló el comunicado “La educación pública es un derecho. Auditar es una obligación”. Asimismo anunció que al “70% actual se sumará al otro 70% ya consensuado con las autoridades del CIN, que oportunamente será cancelado, en la próxima cuota aproximadamente en un mes”.
El anunció del desembolso tuvo lugar mientras se llevaba adelante una conferencia de prensa convocada por el CIN, con representantes de las organizaciones que se plegarán a la marcha del 23 pasado, “para visibilizar una situación dramática” en sus instituciones, según alertaron. “Han dicho que hubo acuerdo, no es cierto. Si hubiera habido acuerdo, no estarían los docentes y no docentes perdiendo contra la inflación y los rectores teniendo un 300% de aumento en los gastos, que no es un aumento real, sino un ajuste. Ojalá, porque lo buscamos, lo estamos propiciando, tenemos ganas de ir al diálogo, entendemos que hay maneras, que es posible, pero si todo el tiempo el gobierno dedica a pelearnos, lo dedicara al diálogo, ya tendríamos un acuerdo”, cuestionó el rector de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Ricardo Gelpi.
El origen de la crisis
La crisis del financiamiento universitario tuvo como punto de partida la decisión del Ejecutivo de prorrogar el Presupuesto 2023 para este año, sin considerar la inflación del año pasado del 211% y el 51,6% acumulado en el primer trimestre del año.
Si se toma en cuenta que el presupuesto en 2023 fue $1.385.290 millones (1,3 billones), y el actual vigente para todo el año es de $1.440.397 millones (1,4 billones), la caída interanual en la ejecución presupuestaria universitaria fue del 32,6%, según el cálculo realizado por ACIJ. “Esta cifra es incluso más pronunciada que el promedio de ejecución del gasto público nacional que disminuyó el 30%”, afirmó Alejandro Gaggero, coordinador del programa Justicia Fiscal de ACIJ a Infobae.
“Gran parte de esa caída en la ejecución interanual se explica en que el 80% del presupuesto universitario se lo llevan los salarios, que quedaron muy por debajo de la inflación”, agregó este sociólogo. Para calcular esta reducción presupuetsaria, ACIJ tomó la variación interanual mes a mes, desde marzo 2023 y sin considerar la estimación para marzo, a marzo 2024 que arrojó un 287% efectivo.
En efecto, el 52,2% del total del presupuesto universitario se lo lleva el pago de salarios de docentes universitarios y el 30,5% de los no docentes. Sin embargo, las asignaciones para este rubro no fueron aumentadas en lo que va de este año, por lo que las partidas siguen siendo las mismas que en diciembre de 2023. Esto implica que las universidades no tendrán fondos para asumir las paritarias.
“Sin una ampliación presupuestaria, la financiación universitaria registraría su nivel más bajo desde 1996, el primer año que se tiene registro, tomando todos los presupuestos a valores en pesos de 2024″, advirtió Gaggero.
El análisis de los programas
Al relevar de las actividades englobadas en el ítem Desarrollo de la Educación Superior que depende de la Secretaría de Educación – hoy bajo la órbita del Ministerio de Capital Humano-, la que tuvo el mayor recorte entre el presupuesto inicial para este año y el vigente fue la destinada al Fortalecimiento de la Ciencia y la Técnica en Universidades. Pasó de $8.099 millones a $1.996 millones este año, $6.102 millones menos a valores netos, una disminución del 75%. Lleva ejecutado al 17 de abril el 19%.
Le sigue en porcentaje de recorte en el presupuesto de este año, entre la previsión inicial a comienzos de año y el presupuesto vigente, el Desarrollo de Institutos Tecnológicos de Formación Profesional. Tenía al comenzar 2024 un presupuesto de $6.164 millones y quedó en $1.964 millones, un 68% menos, con una baja neta de $4.200 millones. Este programa tuvo cero ejecución presupuestaria al 17 de abril pasado.
Otra de las partidas recortadas fue la destinada al Desarrollo de Proyectos Especiales, que tenía $11.210 millones y quedó reducida a $8.174 millones, es decir, una quita de $3.036 millones, una baja del 27%. Apenas se ejecutó el 1%.
El cuarto ítem que tuvo una quita en los fondos vigentes en marzo pasado es el de Asistencia Financiera a Hospitales Universitarios, que es la partida, sin embargo, que presenta la mayor ejecución: 119%. Tenía un presupuesto vigente que replicaba el de 2023 de $14.768 millones; luego fue recortado un 8% a $13.581 millones ($1.187 millones menos), pero ya se ejecutaron $16.160 millones por el refuerzo presupuestario otorgado por el Ejecutivo nacional ante el reclamo de una virtual parálisis de los hospitales como el de Clínicas, el Instituto de Oncología Ángel Roffo o el de Hospital de Odontología, que atienden gratuitamente o con un arancel muy bajo a la población. Esta partida es una de las dos reforzadas ayer. Se giraron $14.403 millones, por lo que quedó con un presupuesto vigente de $27.984 millones.
Solo tres programas tuvieron aumentos entre el presupuesto inicial (equivalente al prorrogado del 2023) y el vigente al 17 de abril. La denominada Asistencia Financiera para el Funcionamiento Universitario tuvo una ampliación en ese momento del 47%, al pasar de $76.214 millones a $112.214 millones, un aumento neto de $36.000 millones. Esta es la segunda partida reforzada ayer: se giraron $ 10.075 millones y quedó con un presupuesto vigente de $122.289 millones.
Promoción de Carreras Estratégicas registró una suba en marzo del 37% respecto del 2023. Tenía un crédito inicial de $24.104 millones y luego pasó a $33.042 millones. Y finalmente la partida de Conducción, Gestión y Apoyo a las Políticas de Educación Superior, que tenía $996 millones y aumentó a $1.213, una ampliación del 22%. En todos los casos, estas subas fueron muy por debajo de la inflación del 2023 y la acumulada en el primer trimestre del año.
Fuente: INFOBAE