Ana María Borzone: “Hace treinta años que en la Argentina se dejó de enseñar a leer y escribir”
¿Por qué los chicos argentinos no aprenden a leer en primer grado? El Plan de Alfabetización lanzado por el Gobierno, ¿nueva oportunidad o más riesgos? Borzone hizo su análisis
“Los chicos no aprenden a leer y escribir porque no les enseñan, porque se cambió la metodología”, dice. “El fracaso escolar actual no es un fracaso de los chicos; es un fracaso de la enseñanza”, plantea. “En la Argentina, hay una metodología de no enseñanza sistemática de la lectura y la escritura”, cuestiona. “El método global retrasa el aprendizaje. Por eso se dejó de lado”, precisa. “Hay que capacitar a los docentes en una metodología totalmente distinta. Se los ha estafado”, alerta. “Desde su descubrimiento en la década del ´50, la conciencia fonológica ya se sumó a los programas de enseñanza y en el mundo no se la discute”, afirma. “Una propuesta de enseñanza que está incidiendo sobre el desarrollo de un chico tiene que estar fundamentada en la ciencia. Si no, se le puede estar haciendo un daño irreversible”, advierte. “No hay ningún motivo para que todos los chicos no puedan aprender a leer y escribir en primer grado”, asegura. “Los chicos que aprenden a escribir con cursiva escriben mejores textos y más rápidamente que los que aprenden con imprenta”, explica. “En pocos meses, con una enseñanza sistemática, progresiva y adecuada, enseñando, no esperando que el chico descubra el alfabeto, en español es fácil aprender a leer y a escribir”, sostiene. “Los chicos tienen que aprender a leer y escribir en primer grado, como siempre fue el objetivo de nuestra escuela pública”, concluye.
La respetada especialista en alfabetización inicial Ana María Borzone estuvo en La Repregunta. Borzone lleva más de treinta años investigando los procesos lingüísticos y cognitivos implicados en los niños en el aprendizaje de la lectoescritura. Es profesora del Seminario Procesos de lectura y escritura, Cátedra Unesco, en la Universidad de Buenos Aires. Es doctora en Letras por la UBA e investigadora principal del Conicet. Es la autora del programa “Queremos aprender”, enfocado en la alfabetización en primer grado, adoptado por cuatro provincias.
¿Por qué la Argentina adoptó la metodología de alfabetización equivocada? ¿Por qué los chicos argentinos no aprenden a leer en primer grado? Plan de Alfabetización nacional, ¿nueva oportunidad o más riesgos? Borzone hizo su análisis.
Aquí, la entrevista completa.
¿Qué hace mal Argentina que los chicos no aprenden a leer y a escribir en primer grado?
-Los datos sobre niveles de lectura alcanzados en la escuela primaria son siempre alarmantes. En la Argentina, lo último que se supo es que los chicos de sexto grado, de acuerdo con las pruebas Aprender del año pasado, habían mostrado un empeoramiento respecto de la última evaluación de 2021. Y una de las hipótesis era que la pandemia había afectado a esos chicos que en 2020 estaban en tercer grado y avanzado el proceso, habían llegado a sexto grado. La cuestión es esta: la crisis de los aprendizajes, por ejemplo, del aprendizaje de la lectura y la escritura, ¿es en realidad una crisis de la enseñanza de la alfabetización? ¿Qué no está sucediendo en las aulas de la escuela primaria en esos primeros años clave que está trabando el desarrollo de la alfabetización?
-Es muy simple. Hace treinta años se dejó de enseñar a leer y escribir. Eso pasa si dejás de enseñar a escribir y postergás la enseñanza y le decís a los docentes que los chicos pueden aprender a leer y a escribir en algún momento. Eso es lo más graves, la estafa: han estafado a los docentes. ¿Qué significó eso? Que durante años venimos repitiendo lo mismo: los chicos no comprenden, los chicos no aprenden. Pero en realidad, los chicos no aprenden porque no les enseñan, porque se cambió la metodología. Es una metodología que está cuestionada y descartada ya desde la década del ´40 pero volvió con otros nombres. Es una metodología de la no enseñanza sistemática de la escritura. Había sido descartada en el mundo. En la Argentina se impuso a fines de la década del ´80 y se consolida en la década del ´90. A partir de eso, empezamos a tener el el fracaso escolar actual. Pero no es un fracaso de los chicos; es un fracaso de la enseñanza. Esto tiene que quedar muy claro porque los padres están muy angustiados, y eso es un tema también que tenemos que tratar: cómo hoy la sociedad ha reaccionado después de años y años de que las evaluaciones nos dijeran que los chicos no aprenden. No aprenden porque no les enseñan. No puede ser que de pronto, en la Argentina, que siempre tuvo una educación y una enseñanza muy buena, los chicos dejaron de aprender. Si dejaron de aprender, es porque se dejó de enseñar.
Conciencia fonológica: ¿por qué los sistemas educativos exitosos adoptaron el método más efectivo y la Argentina, no?
-Me interesa ese punto. Hay docentes que están en las aulas haciendo su trabajo todos los días y la gran mayoría considera que está comprometido con enseñar. ¿Entonces qué es lo que no se está enseñando y qué sí es lo que se enseña, parece ser enseñar y no es enseñar? ¿Cómo se llaman esas dos metodologías contrapuestas, una más efectiva y otra?
-En realidad, la discusión metodológica se terminó en el mundo científico en 1967.
-¿Qué pasó ese año?
-Ese año se hizo una investigación para saber cómo enseñar el sistema de escritura: que los chicos aprendan a leer y escribir palabras y a partir de ese aprendizaje, que también aprendan a escribir textos y a comprenderlos. Había una metodología que enseñaba en forma sistemática el sistema de escritura. Enseñaba las correspondencias sonido letra y enseñaba a decodificar, a escribir palabras. Implicaba mucha práctica de la mano, del trazado de la escritura y simultáneamente, había todo un trabajo con los textos.
-Es decir, ponía el foco en la conciencia fonológica y sumaba la lectura de textos más complejos.
-En 1967, la conciencia fonológica no se conocía. En realidad, lo que se enseñaba era la correspondencia de las letras y sonidos: el método fónico, que se oponía al método global.
El método global esperaba que el chico aprendiera las palabras de memoria. Pero nuestro sistema es alfabético, no es ideográfico como el chino: es decir, las letras representan los sonidos y que hay que enseñar esas correspondencias.
-Enseñar que una letra escrita tiene un valor de sonido.
-Nosotros tenemos las palabras habladas y sobre esas palabras habladas, proyectamos la escritura y las relaciones. En el método fónico, esas correspondencias se enseñaban en forma sistemática mientras que en el método global no se enseñaban. En 1967 se publica un trabajo de investigación hecho durante varios años en muchas escuelas de Estados Unidos y de Inglaterra para ver cuál era el impacto de cada una de estas metodologías. Lo que se observó es que este método global retrasaba el aprendizaje. Inclusive, se hicieron investigaciones que mostraron que ese retraso se observaba también en secundaria, se arrastraba, se generaba una bola de nieve. Lo que llamamos el efecto Mateo: cuanto menos se les enseña, menos aprenden y cada vez aprenden menos.
-La alfabetización, leer y escribir, es un cimiento cognitivo básico.
-Es la base, sino cómo vas a aprender otras disciplinas. Además, al aprender a leer y a escribir, aprendés vocabulario y aprendés contenidos.
-Y aprendés a pensar, a organizar el pensamiento.
-Cuando aprendés a leer y a escribir, aprendés a razonar. Entonces se observó que la metodología global producía retrasos en el aprendizaje y no era efectiva, y se dejó de lado.
-¿Por qué esa metodología vuelve con tanta intensidad a la Argentina y se instala dando batalla y casi desplazando a la otra aproximación?
-Da batalla porque después de la dictadura, se instala con un relato y un planteo ideológico y con una teoría que dice que enseñar a los niños es impedir que los niños descubran por sí mismos. Como la rueda y el fuego que ya están descubiertos, la escritura también ya está descubierta: no hay que volver a descubrirla. La humanidad evoluciona a partir de que las nuevas generaciones reciben los conocimientos que han desarrollado las generaciones anteriores.
“Los chicos que aprenden a escribir con cursiva escriben mejores textos y más rápidamente que los que aprenden con imprenta”
-Quienes sostienen esta metodología global psicogenética argumentan que esa metodología se inscribe dentro de las conceptualizaciones de Piaget y el constructivismo, la idea de que en un entorno social enriquecido verbalmente con textos escritos y con oralidad, los alumnos pueden producir ese descubrimiento. ¿Qué grado de razonabilidad tiene la apoyatura en Piaget para el proceso de alfabetización?
-Miremos los resultados. Esa es la concepción que se instala a fines de la década del ́ 80 y que produce este gran desastre. Se toma una idea circular. La ciencia busca establecer relaciones de causa y efecto. Ese planteo no muestra cuál es la causa. Dentro de la psicogénesis, se dice que los chicos escriben en forma silábica porque tienen una hipótesis silábica que han construido. ¿Pero cómo evaluás la hipótesis silábica en forma independiente de la escritura? Es lo mismo que decir que llueve porque llueve. Desde el punto de vista teórico, es un planteo…
-Es débil.
-No: es erróneo porque no explica. No podemos decir llueve porque llueve, tenés fiebre porque tenés llueve. Cuando se empezaron a buscar las causas, surge la conciencia fonológica. Es un descubrimiento de un investigador soviético, (Deniil Borisovich) El konin en la década del ´50. Muestra que jugando con los sonidos y después introduciendo las letras, los chicos aprenden las correspondencias. Elkonin era un experto en juego. Quiso mejorar el método fónico, lo mejoró a través de la conciencia fonológica, que no es un método sino que es parte de una metodología mucho más amplia; es una pieza de un armado mucho más complejo.
-Quienes cuestionan esta pieza fonológica desde el lado de la psicogénesis plantean que es una intervención técnica que obstaculiza en los niños un desarrollo personal de descubrimiento. El señalamiento que usted hace es que ese argumento es completamente ideológico y acientífico.
-No tiene validez alguna. De hecho, en el mundo ya no se discute el método, ya se terminó la difusión. siempre digo lo mismo: por qué a Cuba le fue tan bien, por qué siempre se destaca lo bien que aprenden los chicos.
-Tienen una metodología de alfabetización que exportan a otros países.
-¿Cómo terminaron los cubanos con el analfabetismo? Porque tomaron el programa de Elkonin, el programa soviético.
-Basado en la correspondencia de letras y sonidos.
-De sonido a letra: primero, el sonido. El método fónico le muestra la letra al chico y repite el sonido correspondiente a esa letra, le muestra elementos que empiezan con esa letra, pero siempre parte de la letra. En cambio, Elkonin da vuelta la dirección de ese aprendizaje: muestra el sonido, plantea juegos con sonidos y va introduciendo las letras. Una vez que los chicos ya tomaron conciencia, por eso se llama “conciencia fonológica”, de que esas palabras empiezan con ese sonido, de que ese sonido está en la palabra, al ver la letra lo asocian al sonido. Relacionan y asocian ese sonido con el que están jugando con la letra correspondiente.
La alfabetización de Milei y la libertad de métodos. ¿Nueva oportunidad o más riesgos?
-Si el ministerio, o secretaría, de Educación nacional, si el Consejo Federal de Educación donde están representadas las provincias con sus ministros de Educación, porque sabemos que la educación y la decisión sobre los planes educativos y su puesta en práctica es provincial, llegaran a un consenso tal que a partir de 2025, en primer grado, se empezara a enseñar con esta metodología que incluye a la conciencia fonológica como pieza central, ¿cambiaría el nivel educativo, el nivel de aprendizaje de la lectura y de la escritura en la escuela primaria de manera tajante?
-Va a cambiar. Pero por supuesto que va a llevar tiempo porque hay que capacitar a los docentes en una metodología totalmente distinta.
-En los institutos de formación docente y en las universidades con profesorados, ¿no se enseña esta metodología basada en la conciencia fonológica?
-Excepto en algunas universidades, no se enseña esta metodología y no se enseñan los procesos de lectura en el marco de la psicología colaborativa y en el marco de las neurociencias. Hemos avanzado muchísimo, y es muy importante. Durante todos estos años después del descubrimiento de la conciencia fonológica que hace Elkonin, y que paralelamente hacen otros investigadores en Estados Unidos y en los países nórdicos, ya se sumó a los programas de enseñanza. Ya nadie habla de la conciencia fonológica: prácticamente, ya no se hacen investigaciones en ese tema porque ya está resuelto. Es un tema que está fuera de debate, ya está resuelto. Se trabaja desde jardín de infantes desarrollando conciencia fonológica, que son juegos con sonidos. Jugando los chicos aprenden las correspondencias.
-Entonces hay una decisión política de la que depende que la alfabetización ingrese al terreno de la evidencia científica. Una decisión política de los ministerios provinciales y también del nivel nacional en relación a la elección del método. Sin embargo, el Plan de Alfabetización Nacional plantea la libertad de métodos. ¿Es riesgosa esa idea de libertad de métodos?
-Por un lado, veamos la mitad del vaso lleno. Hace treinta años que peleo contra los molinos de viento. Desde 2016, se cambió la metodología de enseñanza en Mendoza, donde se implementó la propuesta que nosotros hemos elaborado, “Queremos aprender”. Es un programa de desarrollo integral para la alfabetización temprana. Eso significa que atendemos a todas las dimensiones del desarrollo infantil. Tenemos como eje fundamental el desarrollo del lenguaje oral, porque los chicos tienen que tener un vocabulario amplio, que cada vez es más reducido. Si los chicos no tienen un vocabulario amplio, si no dominan una sintaxis completa, si no tienen un dominio de los recursos lingüísticos, no pueden comprender los textos.
-”Queremos aprender” se implementó en 2016. Últimamente se sumaron las provincias de San Luis, Corrientes y Chubut. En Mendoza, donde ya han transcurrido unos cuantos años con ese método, ¿ha cambiado el nivel de la alfabetización por ese programa?
-Ya se ha evaluado y se ha observado el impacto que tiene. Por supuesto que va a llevar un tiempo. En Mendoza, ya se ven resultados. En San Luis y Corrientes comenzamos el año pasado con la capacitación pero los chicos recibieron los nuevos materiales, porque sin libros los chicos no pueden aprender, a mitad de año y sin embargo, se hizo una evaluación a fin de año, y los chicos ya escribían textos breves. Es decir, lo que hemos observado y se ha observado en el mundo con respecto a la enseñanza de la lectura y la escritura en español es que en pocos meses, con una enseñanza sistemática, progresiva y adecuada, enseñando, no esperando que el chico descubra el alfabeto, en español es fácil aprender a leer y a escribir. Hay razones ortográficas y fonéticas para que el español tenga esa ventaja. No hay ningún motivo para que todos los chicos no puedan aprender a leer y escribir en primer grado.
-Entonces la idea de libertad de métodos, ¿es un punto crítico y cuestionable del Plan de Alfabetización? Porque hay evidencia que indica que hay una metodología muy efectiva y la otra, no.
-Las provincias son independientes, tienen autonomía.
-Por eso: la política o la estructura política del país está condicionando la adopción de una metodología efectiva?
-No. Vamos a pensarlo de otra manera. Después de treinta años, es muy difícil el cambio y va a ser muy difícil ver resultados a corto plazo. Si te dedicás treinta años con una masa a destruir tu casa, vas a tener mucho trabajo para reconstruirla.
-Es decir que el dominio de esa de esa aproximación fonológica por parte de los docentes va a llevar tiempo.
-Va a llevar tiempo. Tenemos que pensar que la casa está destruida y que hay que reconstruirla. Ésa es la mala noticia. La buena noticia es que el Consejo Federal se reúne con frecuencia. Es muy importante el trabajo que está haciendo el Consejo Federal. He estado hablando con José Thomas, que es el secretario del Consejo.
-Fue el ministro de Educación de Mendoza.
-Se está movilizando mucho. Se están reuniendo muchos los ministros de Educación, están comparando e intercambiando experiencias. Es decir, la mitad del vaso, la parte que veo llena, es que primero, después de la pandemia, hubo un movimiento muy importante de la sociedad con Padres Organizados y Argentinos por la Educación: la sociedad está reclamando que a sus hijos les enseñen a leer y a escribir. Y segundo, ese reclamo ha sido escuchado por el secretario de Educación, Carlos Torrendell, y también se está escuchando en el Consejo Federal. Esa es una buena noticia.
-Ahora, el otro tema que plantea el Plan de Alfabetización Nacional decidido en el Consejo Federal es el plazo de tres años para la alfabetización: llegado tercer grado, los alumnos de primaria deberían mostrar que han aprendido a leer y a escribir. ¿Es tarde tercer grado?
-El tema es el siguiente: lo que se va a pedir a las provincias es que evalúen a fin de primer grado para ver la efectividad de la metodología que están utilizando.
-¿No deberían evaluar a mitad de primer grado? Porque si es tan efectivo el método, como usted plantea, en unos meses los alumnos de primaria aprenden.
-Para mí, sí y esto tiene relación con la repitencia. ¿Qué se hace en el mundo para evitar la repitencia? A mitad de primer grado, con metodologías como la que nosotros hemos elaborado tomando los resultados de años de investigación para enseñar cómo expresarse, cómo relatar, cómo describir, cómo hablar, cómo utilizar el lenguaje y cómo aprender vocabulario. Además, estamos trabajando comprensión, producción oral y escrita de textos desde jardín. Para evitar la repitencia, se empieza a trabajar desde jardín. A mitad de primer grado, se hace una evaluación para ver cómo avanzaron los chicos. Se supone que si la intervención es intensiva y sistemática, sólo vas a tener, y esto lo muestran las investigaciones, un 15 por ciento de chicos con un poco de desfasaje. Con esos chicos, se trabaja más intensamente para que llegue a un 10 por ciento a fin de año y sólo tengas un 4 por ciento de chicos que no han alcanzado el mismo nivel.
-¿Se refiere a la repitencia no sólo de primer grado sino a lo largo del recorrido escolar? Porque la hipótesis es que si los chicos no aprenden a leer y escribir bien en ese primer año fundacional de la escuela primaria o en ese segundo año, eso es una bola de nieve que va a producir repitencia futura.
-Eso es el efecto Mateo. Pero también para que todos los chicos salgan de primer grado con un buen un buen nivel de desempeño y no repitan. Te mandé muestras de escritura.
“Los chicos tienen que aprender a leer y escribir en primer grado, como siempre fue el objetivo de nuestra escuela pública”
Letra cursiva. ¿Por qué es mejor para aprender a escribir que la imprenta?
-Los vi: textos muy coherentes de alumnos de primer grado, además con una manuscrita también muy linda. ¿Es cursiva o imprenta? ¿Porque ese es un tema también?
-La cursiva es la letra para aprender a leer y escribir. A fin de primer grado, los chicos con nuestro método escriben textos con muy buena letra. Son textos coherentes, completos, con pocas faltas de ortografía, porque también enseñamos ese aspecto. Y también leen y comprenden textos.
-¿Por qué la cursiva y no la imprenta?
-Hemos estado haciendo investigación sobre el tipo y las investigaciones hechas sobre todo en el campo de las neurociencias, nos muestran que por un lado, cuando se compara el el aprendizaje de los chicos, en ningún lado se enseña la imprenta mayúscula. Sólo se enseña acá por razones ignotas para mí. Entonces, por un lado se compara el aprendizaje en imprenta minúscula y en cursiva. ¿Y qué es lo que se observa daa la misma cantidad e intensidad de práctica con una u otra letra? Que los chicos que aprenden con cursiva escriben mejores textos y más rápidamente. Y además, como la cursiva forma patrones motores de toda la palabra, es mejor la ortografía. También se observa la legibilidad de la letra, una letra muy linda y parejita porque la cursiva, a diferencia de la imprenta, es continua.
-Mi madre y mi padre, que hoy tendrían cerca de 90 años, tenían una letra hermosísima, una cursiva increíblemente bella y pareja. Las generaciones pasadas tenían mejor letra cursiva. ¿Eso tenía que ver con la metodología de enseñanza?
-Tenían mejor letra porque practicaban. La psicogénesis también abandonó la práctica.
-Es decir que el tema de la letra en sí no es un tema para el aprendizaje de la lectura y la escritura.
-No es un tema menor. Como la cursiva es continua y se forman patrones motores de las letras y la palabra, se mantiene mejor la ortografía. En los textos que observamos, se muestra que los chicos tienen control sobre los movimientos, y sobre la dirección y la extensión del movimiento. Porque el control del movimiento en la cursiva se da desde otras zonas cerebrales diferentes a las que controlan la imprenta. Con la letra de imprenta, los chicos no tienen buena forma, una es más grande que la otra…
-El impulso se corta en cada letra porque tiene que saltar para pasar a la letra siguiente.
-Hemos hecho un trabajo sobre este tema, a partir del cual capacitamos a los docentes. Una propuesta de enseñanza que está incidiendo sobre el desarrollo de un chico tiene que estar fundamentada en la ciencia. Si no, se le puede estar haciendo un daño irreversible.
-Un daño cognitivo que condiciona sus posibilidades de desarrollo.
-Un daño cognitivo. Si no domina la escritura, va a tener un problema para su desarrollo en todo sentido.
Lectura y escritura. ¿Pueden los chicos más pobres leer y escribir mejor que los chicos de sectores medios?
-Última cuestión. En la Argentina, los niveles de pobreza en la infancia y la adolescencia son muy altos: cerca del 60 por ciento. ¿Cuán efectiva es esta aproximación que usted plantea para el aprendizaje de la lectura y la escritura en el caso de niños que vienen con muy bajo capital cultural de sus casas y muy estresado, sin las posibilidades que tienen los chicos de otros sectores?
-Mi primera experiencia fue a fines de la década del ́ 80, cuando elaboré un programa basado en lo que se enseñaba en ese momento, llamado “Experiencias con el lenguaje”. Tenía muchos de los elementos que tiene nuestro programa hoy, y los programas en el mundo: mucho trabajo con la oralidad y con los textos, lectura diaria de distintos textos y lectura dialógica interactiva, enseñando estrategias de comprensión con ese material. Hice una experiencia en una sala de cinco años con chicos de una villa de emergencia, un sector muy vulnerable y muy vulnerado. Cuando evalué a esos chicos en dieciocho pruebas de distintas habilidades en todo tipo de lenguaje, daban todos ceros. Tenía grupos de nivel socioeconómico medio: la brecha con ellos era muy grande. A fin de año, esos chicos de cinco años escribían textos, no omitían letras, habían aprendido algunas reglas ortográficas y usaban puntos. Y los evalúe también el nivel de razonamiento causal: tenían un nivel de razonamiento causal de 11 años, mientras que los chicos de nivel socioeconómico medio alto, que tenían como grupo de comparación, tenían un nivel de razonamiento causal de cinco años. Eso muestra que una intervención muy fuerte e importante, con un docente muy comprometido es efectiva. Quiero hablar de los docentes. La semana pasada recibí grabaciones de docentes de San Luis con chicos de primer grado que ya ahora, a mitad de año, están leyendo oraciones. Docentes de Mendoza también me cuentan lo mismo. Hay mucho compromiso en la docencia. Cuando uno le enseña a los docentes, le da elementos y materiales, todos se comprometen. De ellos, de ese compromiso de los docentes, va a venir el cambio. La sociedad está pidiendo que los chicos aprendan a leer y a escribir. Tienen que aprender a leer y escribir en primer grado, como siempre fue el objetivo de nuestra escuela pública.
Fuente: La Nación