En el Central Universitario, chicas y chicos reciclan para ayudar
Reciben papel, pilas y plásticos opacos, cuyo beneficio se destina a instituciones de bien público.
Quien transita a diario por la vereda del Colegio Central Universitario “Mariano Moreno”, uno de los tres IPU de la UNSJ, seguro ya se percató del gran tambor azul ubicado cerca de la puerta de entrada. Se trata de un dispositivo en el que la comunidad puede depositar los “plásticos opacos” que desecha, como envases de shampoo, acondicionador, tapas de gaseosa, entre otros; la iniciativa, que este año arrancó con nuevo empuje, forma parte de las acciones del CAS: Creando Acciones Solidarias, un programa que apunta a la solidaridad de la mano del cuidado del ambiente, entre otros objetivos.
En diálogo con la coordinadora de CAS, profesora Virginia Carrillo, y con Santiago Benelbaz, uno de los estudiantes integrantes del proyecto, se conocieron particularidades de las campañas permanentes, como la recolección de papeles, pilas y plásticos opacos, y la campaña esporádica, que recolecta basura tecnológica, y se realiza una vez al año.
En el caso de la de la recolección de papeles, manifestaron que la actividad tiene una vigencia de alrededor de 8 años, en la que sistemáticamente se recolecta el papel desechado en el Colegio. En un principio, se realiza un trabajo de concientización al estudiantado, equipo docente y nodocente, para que colaboren desechando todo el papel que no utilizan, en recipientes azules, dispuestos en todos los cursos, oficinas y secretarías de la institución. Una vez a la semana las y los estudiantes del CAS, hacen la recorrida recogiendo estas cajas, para posteriormente realizar un trabajo de selección y clasificación, eliminando plastificados, adhesivos, broches y espirales metálicos para su posterior empaquetado. Si bien se solicita cualquier tipo de papel usado, o escrito, algunos como servilletas, papeles sucios y/o mojados, papel higiénico, no son admitidos.
“Esta campaña como las otras -expresó la docente Carrillo- están vinculadas a beneficiar instituciones de la sociedad. Particularmente la del papel, está destinada a obtener réditos económicos para la casa SAHNI, siglas que identifican a la Sociedad Amigos del Hospital de Niños, y que obtiene recursos para su sostenimiento, vendiendo el papel y cartón a una recicladora. Cada vez que se recolecta una cantidad considerable de papel se llama a la empresa recicladora que trabaja con esta organización para que lo retiren”. La docente agregó que no conocen en que proporción del presupuesto de esta organización, impacta la campaña, “sin embargo, es un aporte que fue muy bien recibido por todas las autoridades, a lo largo de estos años” destacó la coordinadora.
Por otro lado, Santiago expresó que “todos/as los/as estudiantes que participan, lo hacen de manera voluntaria en tiempos extra áulicos, tiempo libre como recreos, entre turnos o después de clases. Si bien el CAS está abierto a todo el alumnado, el ciclo básico (de primer a tercer año) es el mayor aportante de voluntarios/as, debido a que los/as estudiantes de los años superiores tienen mayor exigencia académica que les resta tiempo para ello”.
Además del trabajo interno que hacen con la comunidad educativa del preuniversitario, también los/as estudiantes del Proyecto CAS, hacen extensión fuera de la Escuela, organizando charlas en otros colegios, usualmente en la escuela Clara Rosa Cortínez. Pero también participaron en un Congreso de Ambiente organizado por la escuela secundaria de Angualasto, donde y durante dos días hablaron sobre cuestiones ambientales y presentaron los resultados de la campaña de recolección de basura tecnológica, a sus pares de las escuelas de Angualasto, Sarmiento y Capital. “El objetivo de esto -aclaró la docente Virgina Carrillo- es que los/as estudiantes salgan, compartan y difundan las actividades, pero también recopilen inquietudes recibidas en esos lugares. Frecuentemente las ideas que escuchan, posteriormente las instrumentan. Es un trabajo de extensión social, donde estamos trabajando por el otro”.
Por otro lado, y a través de las redes, se declararon de puertas abiertas a la comunidad para que desde afuera también aporten con papel, pilas y plásticos. En ese sentido en la puerta del colegio se dispuso un tambor grande azul en el que cualquier persona puede depositar plásticos opacos (envases de shampoo, enjuagues no transparentes, tapitas de gaseosas, etc). Se pide a la comunidad que estos elementos vengan limpios, sueltos o empaquetados en bolsas de manera tal que los/as estudiantes puedan manipularlos sin que resulte perjudicial para ellos. El papel es conveniente que sea depositado en cajas o en bolsas y si es posible extraerles los componentes metálicos o plásticos como espirales, folios, cintas adhesivas, etcétera.
Fuente: UNSJ